Es como mirar un grito estrafalario
Y yo callo súbitamente
Perdiéndome en los parajes inciertos
Que solo cabe nadie más que yo.
Aún sabiendo que estoy a tu lado.
Dirijo toda mi atención hacia ti
Concentrado en la pasión que nos circunda
Y tú hablas
De esas cosas que me interesan y te sigo mirando.
Aún te sigo mirando y pienso.
Es que tus rasgos me conmueven
Y hacen de mí un imán implacable
Tú lo sabes y me miras como si te extrañara
Pensando quizás qué durante la poca distancia que separan nuestros labios.
Cada vez es menos la distancia que rige nuestras bocas.
Porque el beso no es solo un contacto placentero
Es dejar que nuestros cuerpos mueran
Y sentarnos en una platea ovacionando aquel movimiento
Rítmico, simétrico, arrítmico y asimétrico.
Para qué hablar del contexto físico que nos rodea… no nos iguala…
Y todo se vuelve aún más hermoso
No más que tú… que miras y piensas, sientes y te alejas
Te alejas de la sinfonía del mañana
Te alejas de ese temor que se llama distancia.
Sintiendo un pálpito en nuestro alrededor.
El rubor en tus ojos tímidos
Y la ansiedad en mis ojos resignados
Hacen un cúmulo de acordes sutiles
En que yo te busco y no te encuentro.
Te encontré… pero aún te sigo buscando.
Entre los arrabales ilimitados
Dentro de un círculo incesante
Alrededor de una estrella infinita
Mordiendo tus labios dulces.
Mientras suena la melodía de nuestros tiernos silencios.
Y yo callo
Y tú me miras
Y me buscas nuevamente
Y me encuentras porque quiero que me encuentres.
Si me buscas es por algo y ese algo se llama sentir
Si sientes me encuentras
Y yo siento y te busco
Para comenzar nuevamente la historia del beso.
Ese beso besado por mí y por ti.
En esa noche oscurecida por mí
En que las sombras me miran irrisorias
Cada vez más diáfanas, asustadas por nuestra pequeña felicidad
Dádiva por esa musa que es la vida, mi vida, tú vida… nuestra vida.
Al caer cegados de emoción y rebozados de producción
Cae el alba… despertando nuestros cuerpos
Sumidos el uno al otro
Siendo los ojos de un nuevo amanecer.
Siendo testigos de un sol mudo, discreto a nuestro alumbrar.
Porque tú eres la princesa que entra a mis sueños
Tú eres un presente que no quiero abandonar
Eres la viña que gusta mi paladar
Te miro y sé que es lo que quieres… te miro y te miro.
Te miro y me da miedo, te abrazo y te beso
Me acuesto y te miro… miro como me miras
Me levanto y te beso
Me vuelvo a acostar mirando un punto incierto.
Porque sé que volverás a abrazarme y besarme
Lo sé… porque sabemos que estamos condenados a querernos.