lunes, junio 12, 2006

Con un clavel


Duerme un delirio
En la cama donde se acuestan realidades
Duerme solo
Acongojado y cegado
Duerme con un clavel en la mano
Acurrucado de sueños
Desamparado de concreciones.

El delirio sueña
Tiene pesadillas agónicas
Lúgubres y protagónicas
Moviéndose de un lado para otro
Soñando que no es él
Viendo peces en el aire
Viendo aves arrastrándose.

El delirio teme
A las nubes grises que lloran y lloran
Y se queja
Y despierta
Ahora rodeado de claveles tristes
Húmedos y casi marchitos
Alabando que el sabor amargo es menos doloroso.

Ese delirio cae
Como ensueño de fugaces risitas
Golpeado por sombras
Golpeado por una oscuridad acérrima
Elucubrando una lágrima seca
En su mejilla de grito ahogado
En su rostro de piel diáfana.

El delirio llora
Aferrado a un supuesto
El delirio llama
A lo que no es él
El delirio duerme y despierta
Rodeado de claveles sin cuerpo
El delirio tiembla de ver aquello
Aquello que en su sueño lo hace delirar
No sueña con él
Sueña conmigo…
…Abrazando un clavel marchito.