“¿Qué miras?”
El ojo me descubrió viéndolo de soslayo
Cuando yo solamente miraba mi entorno.
Entre montañas sinuosas e imponentes
Porque era luna llena
Y mi mirada se llenaba de ella.
Parpadeaba con dolor
Y veía todo borroso
Pude darme cuenta de eso.
Y me invadía la desilusión
Porque no quería estar solo
Ya que las luces no eran buena compañía.
Me dijo: “¿Acaso nunca has visto un ojo húmedo?”
Yo quedé en silencio y oía mis pensamientos
Que bajaban impertérritos a mi morada.
La pena se regocijaba danzando desnuda
Y la lástima reía de todo lo que veía
La luna ya no quería ver más todo esto, se había ido.
Yo sabía de la relación entre el frío y la pena
Y notaba como la locura se hacía parte de todo esto
Mientras que la profundidad de la noche nos envolvía.
Esa crudeza endemoniada que las personas no entienden
Esa caída súbita entre la nostalgia y el silencio
Ése ojo húmedo que es mi propio ojo.