jueves, agosto 31, 2006

Diálogos para mí, en mí y para más...


Diálogo segundo.



- Es como declararse en estado de sitio, así es, pequeños fragmentos de caos comienzan a adherirse a un estado en que solo convivo yo con mi más que usual parafernalia, repasando desde una sonrisa simple, pasando por una inexpresión anonadada, sobrevolando el vacío desde una perspectiva inmóvil para nuevamente caminar por un terreno baldío y lleno de nada, adornado con parajes de karma y redundancia, allí, justo allí, donde el sol no te toca y el lugar desaparece para quedar en el aire y plasmarte en una sola palabra que puede indicar todo, pero no es la palabra todo, tampoco es la palabra global ni completo ni integral… la palabra es volver. Volver incumbe todo, volver es volver completo, volver de manera integral y callar el silencio para poder callar mi voz y hacer gracia a los pensamientos porque ellos quieren alzar la copa y brindar por esa costumbre eviterna que tienen de aflorar cuando el sentir se torna marchito y las situaciones acaecen en llovizna adversa y casi perversa. Brindar, por los viejos tiempos que son nuestros vecinos eternos y nos molestan por la bulla, queriendo callar nuestra presente euforia de que nos sentimos vivos. Brindar, en esta copa que no está rota, pero que tiene trizas, sin duda alguna, una triza que nos remontará al momento aquel donde nuestros labios se cortaron bebiendo justo en aquella triza que, en deleite de la injusticia nos robaron nuestra bebida, para ya no beber más sino de aquella tristeza que dormía junto a nosotros y nos susurraba los sueños, repitiendo a cada momento que se vestían de tragedia, en los brazos de una dama de compañía, que era la muerte, también disfrazada, disfrazada de princesa pagada, disfrazada de prostituta bien encaminada, encamada y extasiada con nuestra peor existencia.

- ¿A veces sientes que lo que expresas no es tan nítido para el oído ajeno?

- No. Es decir, pienso en aquello, no obstante siento que lo que expreso si es nítido. Sin embargo, el oído ajeno quizás no tiene la agudeza de sentir de manera profunda lo que yo expreso y frente a tal, ya no es mi problema.

- ¿No piensas que es un tanto egoísta tu postura?

- No es egoísmo. Se trata de que si no sientes las expresiones ajenas es una pérdida de tiempo tratar de explicar lo inexplicable, es como intentar explicar con palabras lo que es el amor; simple, pero complejo, lindo, pero odiado, tierno, pero perverso; en fin. Una postura se puede explicar, una expresión se siente y eso es el primer paso. Primero sentir y luego si no hay un entendimiento acudir al lenguaje y aflorar las palabras para así internarse en un mismo mundo, si es así, se puede hablar de la misma manera. Es como un poema, al leerlo, si realmente lo sientes como si lo hubieras escrito tú, como si lo hubieras vivido tú; ese es el sentir, luego hay palabras, oraciones, contextos que quizás puedan ser un poco confusos, entonces explicas y se crea un mismo lenguaje que no es cualquiera, es un lenguaje especial que no se crea fácilmente y que es difícil llevarlo a las palabras. Es como comunicarse con una mujer a través de un beso, no siempre es simplemente un contacto físico, también es un lenguaje, que se transmite de una manera tal en que no puedes explicarlo a través de las palabras, ya que como muchas veces y valga la redundancia, a veces las palabras sobran y comienza a sucederse otro tipo de lenguaje, otro tipo de comunicación, un idioma en que el sentir se conlleva como un silogismo.

sábado, agosto 26, 2006

Diálogos para mí, en mí y para más...


Así como lo dijo Oliveira en Rayuela...
Estos son mis Ríos Metafísicos.
I

- Es que no es quedarse solo, no es tener solo una alternativa. Después de la amalgama viene el silencio, y necesita un oído presente para que toda la parafernalia se lleve acabo. La soledad no lo es hasta que realmente es protagonista, y cuando alcanza tal grado hay que quererla, adiestrarla, hacerla caer en nuestro yugo, sino de lo contrario ya no sería un concepto tan adoptable ni un estado tan placentero… sería literalmente una soledad, lo cuál de ese concepto se extrae la imagen de uno mismo sentado frente al espejo de alguien viendo a muchos siendo nada, viéndote a ti siendo solo un reflejo de lo que nunca has percibido de manera cierta como soledad. Soledad… no es la misma para todos, no es la misma para cada uno.
En los tiempos de soledad lo obsoleto apremia, si no es por eso, no querríamos lo que ahora nos roza la piel, no querríamos lo que bebemos siendo tu paladar, el corazón, siendo la bebida tu presente más querido. En eso estuve, así es, bebiendo lo que sería el trago para mi futuro más cercano, si es que lo tengo por supuesto; embriagué el descanso y tuve el descenso hacia lo que no había tenido tiempo… mi averno, el cuál se vistió de noche para hacerme mirar desde abajo el conglomerado de nubes que no daban crédito al palpitar de mis estrellas que como siempre y como nunca, a veces se ven y a veces no; pero como todo averno, no necesitaba mirar hacia arriba, sino que, solo tenía que no mirar y reposar dentro de mi extasiada tranquilidad… es beber al frente de una imagen rota, es fumar de un cigarro consumido, es disfrutar del antidisfrute… es recitar el compás de la cosa alguna que genera y degenera la distorsión natural de la realidad. Así es que sigo muriendo de a poco, así es como sigo viviendo un poco, pensando en nada, pensando en todo… en todo lo que solamente pueda pensar.
Y miré y oí lo que un susurro insípido me dislocaba, mirando todos esos tragos en el bar, mirando todas esas expresiones para pegarlas en un álbum y venderlo como un reality, para así ironizar el marketing y su supuesto de existencia, claro, vender una subrealidad. Que sarcásticos somos de tener la tendencia voyerista al contemplar una realidad que pensamos es nada más que un átomo a nuestras causalidades vivenciales. Lástima que esos átomos de realidad sean la realidad misma interpretada y nuestra existencia global sea la generalidad que en conjunto conforma ese átomo de realidad. En nuestro sueño colectivo reímos disfrutando las catástrofes, pero ese átomo de realidad es la magra ventana a la coexistencia inconsciente, como hacer un zoom a una pequeña sociedad que sería más grande que nuestro insistir.
Un personaje toma una cerveza contemplando la muchedumbre, un personaje piensa que se divierte en un sitio malogrado, el centenar de ojos ya están borrosos y piensan quizás como seguir borrándolos mientras su mente funciona en vano…

- ¿Y tú que piensas?

- Yo… casi no pienso, observo y recito mis pensamientos en el teatro desapercibido como materia prima a un bosquejo embriagado de una pequeña noche que tan grande es, así como una velada de ángeles y demonios en concordancia frente a esta usual, fiel y distorsionada en grandes cantidades… la cerveza.