Diálogo segundo.
- Es como declararse en estado de sitio, así es, pequeños fragmentos de caos comienzan a adherirse a un estado en que solo convivo yo con mi más que usual parafernalia, repasando desde una sonrisa simple, pasando por una inexpresión anonadada, sobrevolando el vacío desde una perspectiva inmóvil para nuevamente caminar por un terreno baldío y lleno de nada, adornado con parajes de karma y redundancia, allí, justo allí, donde el sol no te toca y el lugar desaparece para quedar en el aire y plasmarte en una sola palabra que puede indicar todo, pero no es la palabra todo, tampoco es la palabra global ni completo ni integral… la palabra es volver. Volver incumbe todo, volver es volver completo, volver de manera integral y callar el silencio para poder callar mi voz y hacer gracia a los pensamientos porque ellos quieren alzar la copa y brindar por esa costumbre eviterna que tienen de aflorar cuando el sentir se torna marchito y las situaciones acaecen en llovizna adversa y casi perversa. Brindar, por los viejos tiempos que son nuestros vecinos eternos y nos molestan por la bulla, queriendo callar nuestra presente euforia de que nos sentimos vivos. Brindar, en esta copa que no está rota, pero que tiene trizas, sin duda alguna, una triza que nos remontará al momento aquel donde nuestros labios se cortaron bebiendo justo en aquella triza que, en deleite de la injusticia nos robaron nuestra bebida, para ya no beber más sino de aquella tristeza que dormía junto a nosotros y nos susurraba los sueños, repitiendo a cada momento que se vestían de tragedia, en los brazos de una dama de compañía, que era la muerte, también disfrazada, disfrazada de princesa pagada, disfrazada de prostituta bien encaminada, encamada y extasiada con nuestra peor existencia.
- ¿A veces sientes que lo que expresas no es tan nítido para el oído ajeno?
- No. Es decir, pienso en aquello, no obstante siento que lo que expreso si es nítido. Sin embargo, el oído ajeno quizás no tiene la agudeza de sentir de manera profunda lo que yo expreso y frente a tal, ya no es mi problema.
- ¿No piensas que es un tanto egoísta tu postura?
- No es egoísmo. Se trata de que si no sientes las expresiones ajenas es una pérdida de tiempo tratar de explicar lo inexplicable, es como intentar explicar con palabras lo que es el amor; simple, pero complejo, lindo, pero odiado, tierno, pero perverso; en fin. Una postura se puede explicar, una expresión se siente y eso es el primer paso. Primero sentir y luego si no hay un entendimiento acudir al lenguaje y aflorar las palabras para así internarse en un mismo mundo, si es así, se puede hablar de la misma manera. Es como un poema, al leerlo, si realmente lo sientes como si lo hubieras escrito tú, como si lo hubieras vivido tú; ese es el sentir, luego hay palabras, oraciones, contextos que quizás puedan ser un poco confusos, entonces explicas y se crea un mismo lenguaje que no es cualquiera, es un lenguaje especial que no se crea fácilmente y que es difícil llevarlo a las palabras. Es como comunicarse con una mujer a través de un beso, no siempre es simplemente un contacto físico, también es un lenguaje, que se transmite de una manera tal en que no puedes explicarlo a través de las palabras, ya que como muchas veces y valga la redundancia, a veces las palabras sobran y comienza a sucederse otro tipo de lenguaje, otro tipo de comunicación, un idioma en que el sentir se conlleva como un silogismo.