viernes, mayo 12, 2006

Mi apariencia... ¿Cuando?


Otra vez vuelvo a sentir ese frío
Que no es mío… y no es de nadie
Pero sigue siendo de todos
Aún así me espera sin hacerlo
Ese enlace sinfónico
De imágenes elocuentes
Donde se oculta la lágrima fugitiva
De mis fuerzas y mi entereza
Caída como cascada
Pero sustentada como roble
¿Sustentada de qué?
De mí…
De mi… fragilidad
De mi pudor, de mi torpeza y mi ingenuidad
Mimetizados en un bosquejo tragicómico
Que roza las hojas de los árboles
Que diluye el pensamiento estético
Que se enreda en el aire
Que nubla de miradas la razón.
Otra vez vuelvo a sentir ese frío
Que parece querer ser parte de mí
Vistiendo mi cuerpo
De harapos surrealistas y oníricos
Dando de comer a esta alma
Que vaga por cada lugar
Siendo de nadie
Siendo un callejón olvidado
Que solo se ve en blanco y negro
Como querer pintar el pasado en un cuadro
Como mirar el cielo y verlo gris
Acompañado de matices sabor a incertidumbre
Sabor al abismo eviterno
Sabor ha desconocido y profundo
Es temer…
Otra vez vuelvo a sentir ese frío
Que me llama
Y quiero y no quiero
Enfriarme y paralizar
Dejar de hablar
¿Cuántas noches más tendré que ser noche?
Y endulzarme de lunas y sueños
Seduciendo siempre de manera distinta mis estrellas
Que son tantas… y yo casi no soy
¿Cuántos sueños más nacerán soñándome?
Y despertarlos de mi interior
Muriendo de a poco
Pensando siempre de manera distinta cada mañana
En que el alba no es más que un pestañeo
De la podredumbre de las sombras.
Otra vez vuelvo a sentir ese frío
Triste y olvidado
Dejando a lo lejos el oleaje sereno
Y la bruma romántica
Más no poder adherirme y fluir
Como río incesante de sangre
En las venas ciertas y canalizadas
Donde navegan las risas y la cordura en potencia
¿Cuántas miradas más tendré que cerrar para poder mirar?
Y no arruinar una pupila ciega
Malgastada en visiones inexistentes
Metafóricas y abstractas
Donde el síndrome es la ilusión
Y no la esperanza.
Otra vez vuelvo a sentir ese frío
Que sin pensarlo lo siento
Mucho más que antes
Enfriando el calor del café
Adormeciendo el color del entorno
Masajeando el temblor tenue de mis manos
Que llorando se esconden
Y se duermen
Se duermen lejos y yo no las alcanzo
Como no alcanzo mi mirada
Como casi no alcanzo mis recuerdos
Dormidos ya
¿Cuántos días más se volverán eternos para poder dormir?
Y disfrazarme de novela en un libro cerrado
Como personaje antagónico de la agonía constante
Como un simple cuadro al contexto de otro dolor
¿Cuántos crepúsculos más se esconderán de mis ojos?
Ahora que trasiego
Ahora que, tullido y condenado, me estremezco
¿Cuántos fríos más tendré que sentir para enfriarme de otra manera?
Y ya no poder decir: otra vez vuelvo a sentir “ese” frío…
¿Cuántos acordes más tendré que escuchar para poder tocarlos yo?
Ahora disfrazado
De mí…

lunes, mayo 01, 2006

Nubes de ayer


Son las noches de insomnio
Esas que me despiertan
De tensas noches frías
Dudosas y vacías.

Mal no recuerdo.

En que siempre me hablaba
Pero nunca oía
Y la mirada perdida
Y la cordura escondida.

Si bien recuerdo.

Analizaba si esto era una vida.
¿Qué era una vida?
Trataba de hilvanar conceptos
¿Qué era un concepto?

Calla el recuerdo.

Y el peso de la duda me miraba
Como un profesor mira un alumno
Mientras las estrellas reían
Y una lágrima no alcanzaba a tocarme.

Recuerda el recuerdo.

Escuchaba las risas de la agonía
Y la impotencia caía jubilosa de vivir
Me nublaba como un eclipse eterno
Y las horas dejaban de existir.

Así es, recuerdo.

Entonces los párpados me temblaban
Rebozados de una tristeza inútil
De no comprender todo el sentir
De no sentir todo el comprender.

Satírico el recuerdo.

Así es como la adversidad acaece
Como manto de espuma en la furia de la marea
Así es como el vacío se siente vacío
De vaciarse siendo aún un supuesto de existencia.

Bien recuerdo.

Llueve un mundo onírico en las afueras
Me pregunto: ¿Será un fiel reflejo?
¿O un prospecto de espejo distorsionado?
¿Qué aferra? ¿Qué aleja?

No hay recuerdo.

Es que soñar no es el arte de los optimistas
Es el reflejo híbrido de nuestro interior
Lo que somos con lo que puede suceder
Un pequeño eslabón aún sin colorear.

Dice el recuerdo.

Cierro los ojos pensando
Que quizás sea yo el sueño
Y nadie vive de sueños
Nadie quiere olvidarse de vivir.

Se encrudece el recuerdo.

Como noche fría, como cigarro encendido
Me consumo y alejo
Como mal precepto
Ayudo y desaparezco.

Llora el recuerdo.

Caen imágenes, de cristal y porcelana
Retorciéndose en el ruido de escombros
Como algarabía lúgubre
A esta melodía de nostalgia.

Solloza el recuerdo.

Sintiendo si hay sustento
Para las mamparas de esperanzas
Que abrazan fuerte mi cuerpo
Y deslizan sonrisas a mi encuentro.

Reflexiona el recuerdo.

Concepto o no
Existo y recito
Como luna a mis ojos
Como soledad a mi puerta.

Recuerda el recuerdo.

Son esas noches frívolas
De melancolía y torpeza
Que estalla mi pluma y reboza la tristeza
Como poeta anegado, como ser enclaustrado…

Ya no recuerdo…