sábado, junio 23, 2007

Primero es árbol


Escribo porque no sé qué más hacer
Mientras siento mucho
Mientras pienso nada
Y esta hoja me habla
Me cuenta sobre sus sueños
Me habla de compromisos.
En este momento bebo,
Escucho acordes melancólicos
Y fumo un cigarro
Que se tiñe morado por mis labios
Mientras estos hablan con nadie
Y ríen de nada
Y dejan en el aire mis pensamientos,
Ahora estos sucumben,
Sucumben a la incertidumbre del caos,
Y este caos ríe lejano,
Un poco austero y sereno,
Me lo dicen los segundos,
Aunque sólo fue uno…
Lo vi pasar y quería conversar con él,
Pero no pude hacerlo…
El sólo siguió su rumbo,
Sin pensar en nada,
Sin ahondar en nada
Sólo dejó su fugaz esencia
Y se retiró complacido,
Complacido de dejar un pasado
Que no es muy relevante,
Pero en realidad se hizo parte…
Parte de una de mis bocanadas,
Parte de un acorde en mi radio,
Parte de un sorbo de licor,
Parte de esta eterna noche,
Parte de mí…
Sólo un pasado.
Que ahora no sirve de nada,
Porque doy cuenta que me encuentro,
Que me encuentro en cada rincón,
Que me encuentro casi a oscuras,
Que me encuentro mirando por mi ventana
Y la niebla me mira pensativa…
No sabe si ponerse tétrica…
U ocultar sus suburbios con vergüenza
Y yo rio…
Rio porque de la forma que sea me reiré…
Mientras apago mi cigarro,
Mientras pienso en todo lo que he escrito,
Mientras una ambulancia llora a lo lejos,
Mientras que el silencio añora nacer.
Llora porque es un bebé…
Llora porque quiere que mis oídos lo amamanten,
Sin embargo mis oídos no quieren escuchar,
Quieren relajarse y dormir…
Siempre mienten… y todos le creen.
Yo disfruto en cómo se enmaraña todo esto,
Porque todas las cosas hablan
Y sólo se escucha el caos de mi silencio,
Que se embriaga con esta hoja,
Ya distendida y casi desnuda…
Casi… porque se viste de letras,
Se viste de momentos absurdos,
Se viste de licores y cenizas,
Se viste de miradas que leen…
Se viste de risas que nacen de la lectura,
De esta lectura…
Aunque la hoja esté en blanco….
Debe haber algo que se pueda leer,
Quizás sea esa gran imaginación que me ve…
Que me ve llenando mi copa
Y derramo licor sobre todo…
Y me paro a cambiar una canción,
Porque está más rayada que yo…
Y nuevamente esas sonrisas…
Está bien… prenderé un cigarro.
Porque es tan dañino que me seduce,
Me seduce porque acato mi historial,
Me resigno a mis miles de segundos vividos,
Me resigno de ver la hora y casi no ha pasado,
Yo creía que habían pasado demasiados segundos,
Aunque fueron muchos…
No fueron suficientes…
Vuelvo a sonreír,
Porque me acordé de cierto pasado…
Se encuentra en mi mundo del absurdo,
Y… es por eso mejor no nombrarlo,
Porque seguiría riéndome
Y quizás quién también lo haga.
Me imagino mirando un objeto,
Y ver sus defectos…
Son menos que los míos por cierto,
Y ya casi parece una agonía irónica,
Me vieran discutiendo con aquel objeto,
El se ríe de mí… y yo me rio también,
De su risa y su no pensar.
Es que tengo un par de cosas que decirle…
Pero me da pena… ¡Es un objeto!
Aunque él también tiene pena de mí...
Pero yo sólo imagino su figura,
Su figura absurda,
Está bien… también creada por la naturaleza,
Pero una naturaleza humana,
Y eso es lo más denigrante…
Rio… ¡Y en su cara!
Pero no le tengan pena,
Porque me hacen sentir mal…
En realidad no es cierto,
Sin embargo ya da lo mismo…
El objeto ya se resignó.

Me tomé algunos segundos…
Es que miraba cómo la niebla desaparecía,
Miraba cómo se desvanecía…
Y la copa llena otra vez
Y un cigarro en mi mano,
Muriendo en mis labios,
Mientras esta hoja sigue con los compromisos…
Pero yo no quiero compromisos con ella…
Soy su poeta,
No su amante,
Puedo confesarle muchas cosas…
Sin embargo eso no me subyuga a ella,
Ella está enamorada de mi lápiz,
No de mí.
Necesita a mi lápiz
Y mi lápiz la necesita a ella,
Prefiero no interrumpir ese amor.
Aunque ella insiste,
Por ello mismo te cuento…
Preciosa hoja…
Sumisa y desnuda,
Que esta madrugada me adormece con fantasías,
Me hace soñar despierto…
Y me duerme con sus sueños,
Que me recitan naturalidades extrañas,
Como mirar el cielo,
Como mirar lo etéreo
Y enamorarse del no saber…
Empero, sabes que hay un sentir
Pero este se torna difuso,
Difuso como yo,
En este momento…
Y en muchos otros….
Difuso como la silueta de mi nitidez…
Es que su cuerpo ya se ha ido,
Entre los cerros,
Entre la progresividad de la noche,
Aquella aura…
Aquel cuerpo celeste,
Que oscurece la luz
Y da oscuridad a las sombras
Y da motivo a mi insomnio
Y me besa en la ausencia,
De mi vista,
Pero aún presente…
Y me hablas luna
Y tienes celos de mi hoja,
Que no es más que mi amiga
Y tienes celos de mis palabras,
Que se tornan en todo,
No obstante tú eres el verdadero todo,
Mi verdadera vida…
Que tú sabes que se fragmenta…
Pero hay cosas únicas,
Como mi copa que mira desesperada,
Mi cigarro que añora un fósforo,
Mi noche que pide mi mirada,
El silencio que hace rato quiere atención,
Un esbozo de sonrisa en mi boca,
El objeto que sigue callado y mirando,
Mirando nada…
Y la nada me mira analíticamente…
Sabiendo que hay un todo…
En algún lugar.

miércoles, junio 06, 2007

Despedida



Este es un fragmento, de un monólogo que realizó mi prima en su curso de teatro, que estudia danza por lo demás, por lo cual talentosa es decir poco, sino más bien es que nació para hacer esto... esto, danzar para la vida, danzar para ella y danzar para el resto; con más pasión de lo que la palabra exige. Siendo un pedazo de sangre hirviendo en los túneles del arte...

Esto es dedicado a ti... porque eres como mi hermana, que haces y estás realizando tu pasión... el arte por mayor que en cierta manera y en otro respecto me gustaría hacer...

Te quiero y lo escribí por ti...


- Y pensar que muchas veces solemos ser unos ciegos. Con la única diferencia entre ellos, es que nosotros no lo sabemos y creemos estar cuerdos dentro de un mundo que a fin de cuentas… no existía.

- No creo que se trate de eso. Hay un gran abismo entre ser parte de una ceguera y de una novela de ficción… la novela te la imponen frente a tus ojos, envolviéndote en aquella ficción, en cambio la ceguera es un estado en que uno no quiere ver la verdadera realidad por si mismo…

- ¿Y donde se supone que estoy yo ahora? ¡Dime!

- …Por supuesto que dentro la novela. Tú no tienes la culpa de lo que pasó.

- Quizás si la tenga… por no querer ver la realidad que nacía frente a mis ojos. Sin darme cuenta entré poco a poco en esa ceguera. ¡Cómo no me di cuenta antes!

- Está bien… no llores, tranquila…

- No estoy llorando. Sólo es un… ¡maldito sollozo!

- Leí por ahí que el sollozo proviene de la intranquilidad de la pena, es una osadía póstuma al desgarramiento del alma… no… no deberías estar así.

- ¿Y cómo quieres que esté? Después de todo lo que ha pasado. Yo… lo amaba más que a nada.

- Por favor… discúlpame…

- ¿Discúlpame? ¡Cómo te atreves después de todo lo que he hecho por ti! No lo puedo creer…

- Bueno… espero me perdones algún día. Tienes el corazón puro y noble, sé que lo harás… y más ahora en mi ausencia, que es lo mejor para todos.

- Ni el corazón más puro y noble podría aguantar la perfidia tan macabra con la que has vivido, tengo tanta tristeza y angustia que ya no puedo llorar. Esto parece una agonía que se regenera día a día…

- Quiero que sepas que él te amaba a ti… siempre fue así, nunca fui más que una nube arrastrada por su brisa ocasional. Ni siquiera su amante… porque la palabra amante es mucho decir…

- Si claro… lo único que te garantizo ahora es un adiós. Es la muerte de un momento y la muerte de todo lo que conllevaba colateralmente.

- Espero que no sea esto un adiós… sino una breve despedida.

- ¿Breve despedida? ¿Después de verme casi muerta? ¿Después de haberme enterrado en la lejanía? ¿Después de sepultarme en catacumbas de ilusiones?

- …No hagas más cruel esta despedida, está bien, sé que me odias, sé que quieres verme… quizás muerta. Sé que quieres sacar de tus recuerdos todo esto… sé que quieres que me valla ahora y no vuelva nunca más…

- …Tú bien lo has dicho… nunca más…