jueves, septiembre 01, 2011

La puerta del sueño




Miro la noche, un lugar complejo y extraño
Llena de ojos transeúntes
Y las sombras, como una estela invisible
Ausentes a cada mirada
Y una bocanada no hace más que profundizar
Ese ideal cósmico de sentirnos cerca de las estrellas
Como tal vez naufragar y sentirnos en tierra
Nuevamente una bocanada
Y el aire que golpea suavemente la piel
Un golpe que te atrapa
Un golpe que te desmaterializa
Y te expandes como una voluta de humo
Ascendiendo en figuritas aleatorias
Formadas por aquella imaginación inefable
Infinita, de rasgos ahora nocturnos
Y te mueves al momento de desparramarte
Y ser tocado por la humedad
Sentir ese frío que te aleja de las cosas
Huir y sentirte un paisaje para nadie
Otra bocanada
Y el murmullo que huye de cada rincón
Como si el silencio fuese una cajita musical
Que se abre en cada calle
Si, el silencio, tan armonioso
Que pareciese provenir de un violín
O tal vez un piano flotante
Una estrella sin voz
O las luces intermitentes de la ciudad a lo lejos
La noche, tan anónima
Tan secuaz de ella misma
Irrestricta
Serena al momento de hipnotizarte
Vertiginosa, al momento de absorberte
En esa complicidad a la deriva
Ese silencio sin timón
Una bocanada más, profunda y silente
Que te recuerda el delirio por la prontitud del sueño
Un lugar complejo y extraño
Lleno de ojos borrosos y dimensiones corrompidas
Un relato en tercera persona
Donde eres protagonista y narrador
El cual entras sin recuerdos
Para verte dando una bocanada una noche cualquiera.